Fernando es un chico de 18 años de la comunidad de San Marcos, en el municipio de San Rafael del Norte, Nicaragua. Su relación con Educo viene de lejos, de cuando tenía 9 años y cursaba cuarto de primaria. Entonces era un niño tímido, reservado y con mucho miedo a relacionarse con sus compañeros de clase. Poco a poco fue integrándose a las diversas actividades de participación y capacitación que Educo llevaba a cabo en su escuela. Al pequeño Fernando lo fueron deslumbrando y atrayendo estas actividades y de pronto se vio participando en talleres de títeres, en obras de teatro y hablando sobre derechos, autoestima, salud sexual y medio ambiente.

Y así fue creciendo con determinación y compromiso. Fernando tiene muy claro su plan de vida y aprovecha cada una de las oportunidades que se le presentan. Pasó de participar en la formación sobre derechos de la infancia cuando era niño a joven acompañante de dos proyectos desarrollados por Educo en la escuela. Hoy se le ve en su rol motivando la participación de la comunidad, replicando formación a niñas, niños, madres y padres de familia sobre los riesgos al navegar por Internet, sobre equidad de género, sexualidad y buen trato. “Es muy bonito porque en el encuentro salen experiencias de la vida cotidiana de las familias, mitos sobre la sexualidad y reflexiones sobre las buenas prácticas de crianza con respeto a los derechos de niñas y niños”, nos cuenta Fernando.

Se emociona al recordar lo valioso que es recibir formación en primeros auxilios, manualidades y como brigadista ecológico. Debido a su versatilidad, Fernando no perdió el tiempo y, al acabar la secundaria, decidió que quería ser profesor y empezó a estudiar en la universidad la carrera de Inglés. Hoy cursa tercero y ya le llaman maestro cuando hace algunas sustituciones temporales a docentes: “Se siente bien que a uno le digan maestro, me enorgullece”.

Para Fernando, la clave para ser un buen profesor es educar con amor, alegría y ser dinámico para que los estudiantes no se aburran y puedan asimilar los contenidos. “La clase debe darse paso a paso y de forma dinámica”, dice el joven.

El liderazgo de Fernando y su vocación de servicio lo han llevado a convertirse en un referente en la comunidad. Además de tener el rol de joven acompañante en los proyectos de Educo, forma parte del grupo de promotores de la iniciativa 0-20 para la prevención del embarazo en adolescentes que llevamos a cabo junto al Ministerio de Salud nicaragüense.

En un par de años aspira a hablar inglés para dar clases como docente y trabajar como traductor. Mientras cumple su deseo y le llega la oportunidad de viajar a otros países, él sigue tejiendo sus sueños y sigue preparándose y dedicándole todo su tiempo a la comunidad de San Marcos. Y todo lo hace con Educo como referente, la organización que ha contribuido a formarlo como la persona que es hoy: un chico ejemplar y triunfador.