«Construyamos nuestros sueños»


“Como mujer emprendedora me siento mejor, porque con el proyecto, me he despertado…siempre me están animando a continuar con mis metas”

Karelia Romero Olivas, es una mujer emprendedora, de 37 años de edad, que desde hace 14 años vive en la comunidad de San Pedro. – Estelí. Desde febrero 2020 ella participa en el proyecto “Empoderamiento y desarrollo con enfoque de derechos y equidad de género de mujeres rurales y urbanas en el norte central de Nicaragua”), comenta que nunca antes había recibido capacitaciones con alguna organización.

” A veces nosotras tenemos talento y todas lo tenemos, pero lo tenemos escondido y hay que sacarlo”

Comenzó vendiendo carne y lavaba ropa ajena, pero eso no era suficiente, vendía recorriendo a pie las calles de Estelí y en la comunidad de Isidrillo cargando con sus ventas.

…” Me ponía la pana en la cabeza, un balde guindado y me iba a vender todo el día, era pesado. Asi fui ahorrando para comprar ese carretoncito”.

Al ver los problemas económicos del país y que no vendía mucho, empezó el negocio del pinolillo y el café molido, empacado en bolsas de cuatro onzas, media libra y una libra. Ella expresa que es un buen negocio, le deja ganancias, aunque es un trabajo bien pesado, sobre todo porque tiene que tostar el maíz y el café y no tiene buenas condiciones para hacerlo.

Tanto su clientela de Estelí como la de Isidrillo, mostraban mucho interés y le compraban, pero a la vez le pedían que les llevara verduras; asi comenzó a meterle de todo al carretón, por ejemplo, todo tipo de verduras, huevos, queso, pollo y hasta pescado, lo que encuentra en el mercado. También ahora elabora chileros o encurtidos, los que empaca en bolsas o en frascos de vidrio. Vende un día a la semana en Isidrillo, y otro día en Estelí. Los demás días los utiliza para preparar la materia prima, dos días hace tortillas y los viernes hace fritanga, la que vende de casa en casa en la comunidad.

” El trabajar es una bendición, es una oportunidad más; me siento mejor por el respaldo y la confianza que me han dado en Proyecto Miriam y los otros organismos como Educo y Andalucía”.

Pese a que nunca había estado organizada, el año pasado que inició el proyecto, Karelia se integró activamente en los procesos de sensibilización en género, este aspecto le dio fuerza y motivación para capacitarse y certificarse en Educación Cooperativa impartidos por el Ministerio de la Economía Familiar, Comunitaria, Cooperativa y Asociativa MEFCCA, como requisito para asociarse en la cooperativa que se constituyó con mujeres emprendedoras de la comunidad y con apoyo del consorcio a través de Proyecto Miriam. Por su destacada participación en las capacitaciones, el reconocimiento a su liderazgo y la confianza que le tienen las demás mujeres, la eligieron para formar parte de la junta de vigilancia de la cooperativa. Ella es una mujer que impulsa al grupo, siempre tiene palabras positivas, les anima a que se pueden alcanzar las metas siempre y cuando sean persistentes y no caigan en desanimo.

» Mi casita la comencé a construir hace seis años, como es tan caro construir, me había desanimado y había abandonado el proyecto, pero otra vez lo retomé porque con las reflexiones que hemos hecho en el proyecto me ha dado cuenta que yo puedo y que, si me lo propongo, aunque trabaje duro lo voy a lograr. Voy ahorrando de las ganancias de la venta que hago, mi esposo también trabaja y colabora. Es mi sueño tener mi propia casa y lo voy a lograr”.

Actualmente el mayor sueño de Karelia es tener un espacio para vender sus productos de manera permanente en la casa; quiere construir un kiosko, sin dejar de salir a vender como lo hace siempre, porque esa venta de la calle le genera buenas ganancias. Su experiencia de vida y los nuevos aprendizajes han evidenciado su espíritu altruista y la sororidad reflejada en el apoyo que brinda a una joven para terminar sus estudios de educación primaria los días domingos en Estelí, esta joven durante la semana le colabora en los quehaceres del hogar y le cuida la casa mientras sale a comprar o vender, de esta manera se apoyan mutuamente.

“Le digo a otras mujeres que tengan visión, que hay que esforzarse, que no siempre las cosas salen bien, porque a veces intentamos y si no salen bien las cosas nos quedamos paralizadas, hay que persistir, sino nos esforzamos nunca vamos a poder ver las metas que nos proponemos”.